lunes, 21 de noviembre de 2011

AVES

   Múltiples y muy diversas entre sí son las variedades de aves que pueblan las tierras de Gor. Especialmente destacable por su interés para la forma de vida goreana es el tarn... pero no es la única ave que surca los cielos goreanos.


AUCA DEL PANTANO

Oí el grito de un pájaro a unos treinta y cinco o cuarenta metros de distancia. Parecía el grito de la auca de pantano, especie de pato de ancho pico y amplias alas. Las chicas que trabajan en los pantanos, las hijas de los cultivadores de rence, algunas veces las cazan golpeándolas con una estaca.
(Los Conquistadores de Gor, cap 1)


Las aucas salvajes no pueden ser domesticadas aun cuando sean jóvenes en el momento de su captura. No obstante, si se capturan sus huevos y se llevan a la isla sin permitir que al nacer vean a uno de sus hermanos durante la primera semana de su existencia, adoptan la isla como hogar y no muestran temor hacia los seres humanos. Van y vienen a placer pero siempre regresan a la isla. Si ésta es destruida se vuelven salvajes. En su estado doméstico, permiten que los humanos las toquen e incluso que las cojan entre sus brazos. 
(Los Conquistadores de Gor, cap 3)





BUHO CORNUDO

Oí la llamada de algún buho cornudo.
(Traducido de Hunters of Gor, cap 15) 


GAVIOTA

—Son gaviotas del Vosk —dijo Kamchak—. En primavera, cuando el hielo del Vosk se derrite, vuelan hacia el norte.
(Nómadas de Gor, cap 11)




MILANO, HURLIT y GIM CORNUDO

Las primeras migraciones hacia el sur de los milanos de la pradera —me explicó Kamchak— ya han pasado. En cuanto a las migraciones del hurlit de los bosques y del gim cornudo, no tienen lugar hasta pasada la primavera.
(Nómadas de Gor, cap 11)

la llamada de un gim de cuernos diminutos, el pequeño pájaro morado parecido a un buho.
(Cautiva de Gor, cap 8)



MIRLO

 Allá en lo alto, un mirlo goreano se batía en solitaria retirada entre chillidos,
 (Nómadas de Gor, cap 1)




TARN

  Mención especial entre las aves merecen los Tarns, las más valorada de las aves goreanas, pues son un medio de locomoción muy importante en el planeta. Sin ellos no se podría viajar con la misma celeridad ni se dispondría de una valiosa arma en las conquistas de ciudades o territorios, es por ello que los Tarns contituyen un valor muy importante para cualquier Goreano, que ven la relación entre el tarn y el jinete de un modo que roza lo místico. 

Los goreanos creen que la capacidad de dominar un tarn tiene que ser innata. No es posible aprenderlo. Es cosa de la sangre y de la voluntad, del vínculo entre animal y ser humano, una relación entre dos seres que debe darse de manera intuitiva y espontánea. Se supone que un tarn sabe exactamente quién es un jinete y quién no lo es. Se dice que quien no lo es muere en el primer encuentro que tiene con su ave de combate.
(Guerrero de Gor, cap 3)

   Los Tarns son los enormes parientes del halcón de la Tierra.
Son criados con distintos fines según su constitución. Los más corpulentos y pesados se destinan a la guerra y los más ligeros a las carreras de Tarns, siendo también usados como mensajeros entre ciudades. El color de su plumaje también es determinante en el uso que se de al animal.




A pesar de que el tarn, lo mismo que la mayoría de las aves, es sorprendentemente liviano —lo que se debe, en primer término, a sus huesos huecos— es un ave sumamente vigorosa. Mientras que las grandes aves terrestres, como por ejemplo el águila, deben tomar carrera antes de levantar el vuelo, el tarn, con su increíble musculatura, puede ascender con su jinete solamente con un rápido estremecimiento de sus alas enormes. Para ello, también se ve favorecido por la menor fuerza de gravitación de Gor. Los goreanos suelen llamar a estas aves “hermanas del viento”.
El plumaje del tarn no es siempre el mismo, y se los cría teniendo también en cuenta su colorido, y no solamente su fuerza e inteligencia. Los tarns negros se utilizan para asaltos nocturnos; los blancos, para campañas militares invernales. Por su parte, los guerreros que desean impresionar y no tratan de pasar camuflados prefieren tarns de variados colores relucientes. El tarn común tiene un plumaje marrón verdoso. Prescindiendo del tamaño, el halcón es el ave terrestre que más se le parece, solo que el tarn tiene una cresta que se asemeja a la del grajo.
(Guerrero de Gor, cap 3)

   De su cría y adiestramiento se encargan los Tarnsmans. Es una ocupación tan importante que constituyen una casta propia. LLegan a valer un considerable precio dependiendo del adiestramiento, pues lleva años, aunque en algunas zonas pueden encontrarse en estado salvaje.



Los tarns, malignos por naturaleza, no están por lo general más que medianamente domesticados y, lo mismo que sus diminutos hermanos terrestres, son carnívoros. En más de una ocasión un tarn a llegado a atacar y devorar a su propio jinete o tarnsman. Sólo temen al aguijón de tarn. Son entrenados por hombres pertenecientes a la Casta de los Tarns. Cada vez que un ave joven se escapa o desobedece, es obligada a volver a su percha y se la castiga con el aguijón. Más tarde, por supuesto, las aves son desencadenadas, pero un aro en la pata ha de recordarles este castigo. Generalmente el entrenamiento da resultados positivos, excepto cuando el animal está sumamente agitado o ha estado mucho tiempo sin comer. El tarn se cuenta entre las dos cabalgaduras preferidas del guerrero goreano
(Guerrero de Gor, cap 3)

*Se monta:
[...]utilizando la escala de cinco escalones que cuelga del lado izquierdo de la silla de montar y que es recogida durante el vuelo.
(Guerrero de Gor, cap 3) 



*Se ajusta a la silla con un cinturón:
[...]me acomodé en la silla y me ajusté el ancho cinturón púrpura que habría de protegerme de una caída
(Guerrero de Gor, cap 3)

*Se controla con el aguijón de Tarn, un silbato y un sistema de correas:
También se utiliza, ocasionalmente, el aguijón de tarn para conducir al animal; en este caso se toca ligeramente al ave en la dirección opuesta a la que se desea tomar, la que, al retroceder ante la barra eléctrica, seguirá adecuadamente. Este método, sin embargo, no es muy adecuado, ya que la reacción ocurre de una manera exclusivamente instintiva.
(Guerrero de Gor, cap 3)


Era un silbato que emitía un sonido que sólo haría reaccionar a un tarn determinado

(Guerrero de Gor, cap 3)


Al tarn se le conduce mediante una correa de cuero colocada alrededor del cuello, al que generalmente se hallan sujetas otras seis correas de cuero, que confluyen en un aro metálico en la parte anterior de la silla de montar. Las riendas se hallan teñidas de diferentes colores y terminan en aros diferentes, muy distanciados entre sí en el collar colocado en el cuello del ave. Para determinar el rumbo, se tira de la rienda cuyo extremo señala con mayor aproximación la dirección deseada. Cuando, por ejemplo, se desea perder altura o aterrizar, se utiliza la cuarta rienda, que termina inmediatamente delante del cuello del tarn. Para ponerse en movimiento, se tira de la primera rienda, que ejerce una presión sobre el aro en la parte posterior del cuello del ave.
(Guerrero de Gor, cap 3)


 TUMIT

También vi a un tumit, una gran ave incapaz de volar cuyo pico ganchudo, tan largo como mi antebrazo, da una idea bastante clara de sus hábitos alimenticios.
(Nómadas de Gor, cap 1)

[...]tumits, las grandes aves carnívoras de las llanuras meridionales 
(Nómadas de Gor, cap 27)



UL/THARLARIÓN ALADO

De entre unos arbustos a mi izquierda salió un pájaro de brillante plumaje gritando y batiendo las alas bajo el cielo azul. Un segundo después descendió rápido hasta perderse entre los cimbreantes juncos cuyas esporas eran portadoras de las semillas de los pantanos de Gor. Solamente un ave de los pantanos osa perfilarse contra el cielo y ese ave es el ul, el tharlarión alado.
(Los Conquistadores de Gor, cap 1)


VULO

Llevaba una cesta de mimbre en la que guardaba sus vulos, unos palomos domesticados que procuran huevos y carne.
(Nomadas de Gor, cap 1)

 









* Las imágenes mostradas no son reales y obedecen a nuestra libre interpretación de la descripciones hechas en las Crónicas de la Contratierra.

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